¡Violinistas violistas!

Desde la aparición de los instrumentos de cuerda era común que los intérpretes tocaran varios instrumentos como el piano, violín, viola, guitarra y más, pero como fue aumentando el repertorio y con ello las dificultades, se fueron especializando técnicamente a uno solo, tal es lo que sucedió con el violín y la viola. Aunque hoy en día es común encontrar violinistas que tocan la viola, como es el caso de grandes músicos como Yehudi Menuhin, Pinchas Zukerman, Maxim Venguerov, solo por mencionar algunos, que lo hacen de una manera muy buena y otros no tanto, en cuanto a calidad sonora; como violistas siempre tendremos esas anécdotas del amigo violinista que te pide tu instrumento para intentar tocar algo pensando que es muy fácil pero la verdad es como cualquier otro instrumento al que se le debe dedicar tiempo de estudio.
Volviendo a los violinistas en esta ocasión hablaremos de la historía de Niccolò Paganini, el gran virtuoso del violín que también tocaba la viola y poseía unos instrumentos Amati y Stradivarius. Paganini quería demostrar su virtuosismo en la viola y le encargó al compositor Héctor Berlioz una obra con la que pudiera hacer gala de su gran talento. Berlioz vivía un gran momento en su carrera como compositor, su Sinfonía Fantástica (1830) lo había hecho ganar el Premio de Roma, uno de los más importantes de la época. Con esta relación entre ambos músicos surge “Haroldo en Italia” una sinfonía con viola solista, poco usual para la época. Pero la anécdota de esta obra menciona que Paganini fue a ver a Berlioz cuando este había terminado el primer movimiento, pero no fue del agrado del violinista al encontrar muchos silencios y pasajes no tan rápidos para demostrar su destreza, Berlioz continuó escribiendo la obra y la finalizó tiempo más tarde aunque fue estrenada con otro solista.
Por su parte Paganini no abandonó la idea y escribió la “Sonata para la Gran Viola” que tiene más forma de concierto en un solo movimiento, pasándo por diversas secciones que van de lo virtuoso a partes cantabiles, con acompañamiento de orquesta, aunque también hizo un arreglo para ser acompañado por la guitarra, otro de sus instrumentos favoritos.
La historia entre estos personajes no termina ahí, hay otra anécdota en la cual dice que Paganini oyó un concierto donde presentaron la música de Berlioz con el compositor dirigiendo, entre ellas el “Haroldo en Italia” y al finalizar el concierto se cuenta que Paganini le dijo ‘Nunca antes me había sentido tan impresionado en un concierto....’

A continuación las dos obras mencionadas para ser escuchadas y ¿cuál les gustó más?
-Haroldo en Italia, interpretado por Y. Bashmet
-Sonata para la Gran Viola, con Atar Arad de solista.






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